Diseño del blog

La Sobreprotección Infantil

noreply • 25 de abril de 2013
Una duda frecuente que se plantea entre los padres preocupados por dar una buena educación a sus hijos es saber el grado de protección más adecuada para sus pequeños.

Podemos decir que cada niño merece una protección especial según sus circunstancias. Ciertamente cuando el niño es muy pequeño, nuestra protección ha de ser total y absoluta, esencial para su supervivencia. A medida que el niño crece, se desarrolla en él un tremendo
 
espíritu de aventura, incluso lo más peligroso. Es más adelante cuando comienza a distinguir lo dañino de lo placentero y a tomar conciencia del dolor a través de sus experiencias.

Un factor esencial en el aprendizaje es la experiencia; su carencia conduce a la ineptitud. Por ello un exceso de protección le priva de asistir a esa necesaria “ escuela de la vida”, por la que ha de pasar tarde o temprano. Los fracasos moderados y los sufrimientos ayudan al niño a madurar. Lo único que hay que controlar es el grado de los mismos, para que no alcancen un nivel irreparable. 

El papel de los padres es caminar al lado del niño, encauzarlo en su desarrollo, marcarle el camino, pero no caminar por él.
Por noreply 23 dic, 2015
Por noreply 30 nov, 2015
Por noreply 15 dic, 2014
Por noreply 17 sept, 2014
Por noreply 02 sept, 2014
Por noreply 11 jun, 2014
Por noreply 10 mar, 2014
Por noreply 26 feb, 2014
Desarrollo emocionalLas primeras experiencias afectivas influirán en gran medida en el posterior desarrollo cognitivo, social y emocional de los niños/as. El desarrollo de las emociones en los seres humanos empieza incluso antes de su nacimiento, y sólo puede darse cuando existe interacción con los demás, especialmente con los principales cuidadores. Los padres son los encargados de establecer unos vínculos que permitan satisfacer las necesidades de sus hijos/as. En base a sus primeras relaciones sociales, los niños/as aprenderán a regular sus propias emociones. Si el vínculo establecido es adecuado, será posible reconocer los estados emocionales de los niños/as, y por tanto, responder con mayor eficacia a sus necesidades socio-afectivas. Tenemos que ser conscientes de que, como en todo, los padres son un modelo a imitar en la expresión de los sentimientos y las emociones.Su estado emocionalDe 0 a 6 mesesMuy relacionado con señales internas como el hambre o el sueño. De 6 a 12 mesesAdemás de sus propios estados, empieza a influir las señales afectivas de su entorno. De 1 a 2 añosSurgen los sentimientos de curiosidad, seguridad, el negativismo y el miedo, entre otros. A partir de los 3 añosPasa de un estado emocional más variable a uno más estable. Progresivamente le afectan menos sus propios estados y se deja influir más por los sentimientos de los demás.Autora: Yasmina Giner Iglesies- Psicóloga en STIMULOS Atención Educativa.
Más entradas
Share by: