¿Qué podemos hacer?
Empezar a educar desde que nacen. A veces escucho a los papás decir que no ponen límites a sus hijos, o no les dicen cómo deben comportarse, o no les enseñan normas básicas de educación... "porque son demasiado pequeños" (y no se están refiriendo a un niño de un año). Los niños están aprendiendo SIEMPRE. Son pequeñas esponjas con una capacidad grandísima de aprendizaje, de observación, de ensayo y error. Habrá muchas cosas que las aprenderán simplemente de vernos a nosotros. Otras irán aprendiéndolas a base de experimentar las consecuencias de sus actos. Otras por ensayo y error. Y muchas otras, porque nosotros se las enseñamos directamente.
La frustración. El gran caballo de batalla
La frustración
es el sentimiento desagradable que se experimenta cuando no se consigue lo que uno quiere. Aprender a tolerarla es muy importante, porque en la vida son muchísimas las ocasiones en que es necesario tolerar lo que no nos gusta, que las cosas no salgan como esperamos, etc. ¿Y cómo se aprende? Poco a poco, desde pequeños. En primer lugar, experimentándola. Los padres a veces no permitimos que eso suceda. Nos anticipamos a las consecuencias negativas de las cosas, sobreprotegemos. Damos a los niños todo lo que piden. Consentimos sus conductas inapropiadas. Así que no les estamos permitiendo experimentar la frustración.
Y aprender a manejarla
. Este es el segundo aprendizaje que deben hacer nuestros hijos. Aprender a tolerar las emociones negativas que acompañan a la frustración, y saber qué hacer con ellas, cómo expresarlas.
La rabia
es la emoción que suele aparecer. La rabia se puede expresar de muchas maneras, algunas mejores para nosotros que otras. Puede aparecer en forma deviolencia ( pegar, insultar, golpear objetos), en forma de llanto, de gritos, etc.
Como padres debemos favorecer una expresión adecuada de la ira,enseñando al niño a ir controlándola y manejándola, y permitiendo que esa emoción se exprese pero en formas más adaptativas. Se trata de dar salida a la ira, no se trata de evitarla o de anularla. Pero de la manera adecuada.
Poner límites claros, normas claras
Y hacerlas cumplir. Hay muchas formas. No es necesario ni mucho menos estar todo el día castigando. Hay que saber motivar, hay que hacer entender las consecuencias de sus actos, también permitir que las experimenten, hay que ofrecer consecuencias positivas a su buen comportamiento, y hay que predicar con el ejemplo.
Ser consecuente, y perseverante
No vale castigar y levantar el castigo a la media hora. No vale permitir hoy una conducta, y mañana no. No vale educar según tenga yo el día ni según mi grado de cansancio.
Elegir las batallas
Pocas pero con paso firme. No tolerar lo intorable. Y dejar pasar lo intrascende. A veces nos desfondamos en cosas sin importancia "lávate los dientes", " no pongas los pies en el sofá", pero permitimos insultos, agresiones y faltas de respeto.
Si ves que no sabes cómo hacerlo... pide ayuda
A veces los padres necesitan unas pocas sesiones de asesoramiento con un psicólogo para que les dé pautas. Otras veces es necesario también intervenir con el niño, pero no siempre. Ante la duda, consultar. También son muy importantes las escuelas de padres y los libros sobre educación.
"Cuando nace un niño, nacen un padre y una madre"
. Y no, no traen manual de instrucciones. Así que tomemos nuetro tiempo en aprender a ser buenos padres y madres, porque es de las tareas más bonitas y, a la vez, más difíciles que vamos a hacer en nuestra vida.
FUENTE: Úrsula Perona - Psicóloga Infantil.